La importancia del entrenador

Correr está considerada una actividad muy sencilla. Es algo totalmente natural para el ser humano. Aparentemente, para iniciar su práctica solo hay que disponer de un par de zapatillas y emplear un tiempo, relativamente menor que en la mayoría de deportes, especialmente si hablamos de deportes de resistencia.

Por este motivo se ha convertido en un deporte de masas. Se estima que alrededor del 15% de la población española practica con mayor o menor asiduidad lo que comúnmente se denomina con el término “running”. Y la tendencia es al alza, especialmente tras la pandemia por el COVID-19.

 

 

 

 

 

No nos sorprenden estos datos dados los numerosos beneficios físicos, psíquicos y emocionales de su práctica. Bien dosificado el trabajo de carrera puede mejorar la salud del “runner” ya que:

  • Provoca una instantánea mejora del estado de ánimo (segregación del sistema hormonal de serotonina)
  • Reduce el estrés y la ansiedad
  • Reduce el colesterol y la presión arterial
  • Reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares
  • Aumenta el metabolismo y disminuye el riesgo de desarrollar sobrepeso y obesidad
  • Aumenta confianza y autoestima
  • Mejora la salud muscular, ósea y articular
  • Mejora algunas funciones cerebrales como la memoria
  • Puede ayudar a tratar o prevenir algunos trastornos emocionales como la depresión
  • Ayuda a mejorar el tiempo y la calidad del sueño

 

 

 

 

Pero todo ello no evita que correr sea un deporte de alto impacto que genera un estrés importante en el organismo, así como particularmente en el aparato locomotor. Lo que le convierte en un deporte con un alto riesgo de lesiones. Así los últimos estudios apuntan que hasta un 70 % de los corredores se lesiona al menos una vez al año. Las dos principales causas de lesión son: la carga inadecuada de entrenamiento y los desequilibrios musculares.

El gesto técnico de correr es profundamente complejo. En su ejecución se han de activar más de 200 músculos de cuya coordinación depende la eficiencia de la técnica de carera que permitirá generar el mínimo impacto negativo en el aparato locomotor y optimizará el rendimiento.

 

 

 

Independientemente del objetivo del corredor, lo fundamental es realizar su práctica de modo saludable y seguro, minimizando el riesgo de lesiones y sobreentrenamiento.

Es aquí donde la figura del entrenador es clave. Su asesoría técnica jugará un papel primordial para la regulación de la carga de entrenamiento así como la optimización del gesto técnico de carrera mediante un trabajo de fuerza individualizado. De este modo el atleta podrá lograr sus objetivos y mejorar su salud.